Mafalda está triste, llora Mafalda

Pobre niña, no había terminado de celebrar su 56 cumpleaños  y de pronto se queda sola. Quino, su padre, partió sin retorno hoy 30 de septiembre desde Mendoza, su ciudad natal, en donde vivía durante  los últimos años atado a una silla de ruedas por causa de su ceguera y problemas de movilidad.

Joaquín Lavado, el autor de la tira cómica más difundida del planeta creó a Mafalda en 1964 y después de realizar 1.928 tiras, protagonizadas por la nena irreverente, dejó de dibujarla en 1973. ¿Porqué Mafalda y no Mafaldo? Quino bautizó a su creatura con el nombre de una niña  que había visto en una película en donde se llamaba así  y decidió que fuera la protagonista de la tira porque “las mujeres son más avispadas”.  El día que la trajo al mundo fue el primer sorprendido con la figura física de su personaje. “Nunca terminé de aprender a dibujarla; tenía que calcarla».

Con su cuerpo pequeño, cabellera revuelta, mirada burlona la adorable loquilla  que dice cosas terribles a los adultos, ha viajado durante más de 5 décadas por todos los continentes y ha difundido sus raciocinios en casi una treintena de idiomas.  Y con ella sus inseparables compinches: Felipe el soñador,  el divertido Manolito,  la enamoradiza Susanita, el filósofo Miguelito y Guille el irreverente. El  Guille que mientras su madre mira los garabatos dibujados en una pared de la casa la sorprende: “¿No ez increíble todo lo que puede tened adentro un lápiz?”.  

Sencillo y reservado Quino no era el típico argentino. El genio del humor gráfico y la reflexión filosófica contó alguna vez que eligió dibujar porque hablar le cuesta bastante. En su casa había colocado un cartel que mostraba su parquedad: “Por razones de timidez no se aceptan reportajes de ninguna índole”. Habría deseado ser pintor como Picasso, el compatriota de sus antepasados andaluces, pero prefirió ser el retratista de su país y el mundo. Joaquín y Alicia, su mujer, no quisieren tener hijos. “Es una mala porquería traer a alguien aquí sin haberle preguntado”. Prefería no hablar de sus creencias. “Soy agnóstico, porque no creo que la mente humana logre algún día captar este misterio del universo, pero no puedo decir que soy ateo porque tampoco podemos demostrar que Dios no existe”. Dueño de un inmenso prestigio, Quino se resistió a la fama.

La indignada Mafalda ha hecho meditar y reír a muchos y ha irritado a los que andan por el mundo regando deshonestidad, ambición, discriminación, injusticia, egoísmo, violencia mientras ella busca la tolerancia y la paz. A ella le preocupa que el mundo no tenga remedio.”Lo peor de todo es que el empeoramiento es solo el comienzo del empeorar”. Observa que la corrupción beneficia a unos y desangra a los inocentes. “Nadie puede amasar una fortuna sin hacer harina a los demás”. El mundo éste la tiene asustada. “¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”. Pero sueña en un mundo con amor y razón.  “Lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con sabiduría”. La realidad  la endurece. “¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?”.  La espantosa incomunicación le  agobia.  “Lo malo de los medios masivos de comunicación es que no nos dejan tiempo para comunicarnos con nosotros”. Qué difícil es ser auténtico y transparente. “Algunos me aman por ser como soy, otros me odian por la misma razón, pero yo vine a esta vida a tratar de ser feliz…¡no a complacer a nadie!”.  Nadie se salva de su mordacidad, tampoco los periodistas. “Lo malo de los reportajes es que uno tiene que contestarle en el momento a un periodista todo lo que no supo contestarse a sí mismo en toda la vida… Y encima pretenden que uno quede como inteligente”.

Quino soñaba que el mundo cambie. La esperanza de cambio se ha ido. Pero nos deja la ironía rotunda de Mafalda. Y su ingenuo optimismo. “Yo diría que nos pusiéramos todos contentos sin preguntar por qué”

Deja un comentario